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Tres llamaradas solares en 24 horas
Tres erupciones espectaculares experimentó el Sol entre la noche del domingo y la del lunes, en lo que ha sido calificado como la tormenta solar más poderosa en lo que va del año, informó ayer el Centro de Pronóstico Meteorológico Espacial de la NASA.
La última y más poderosa llamarada se presentó a las 21:11 del lunes y fue clasificada como de clase X3,2, la más poderosa que ha lanzado la estrella a lo largo de todo el año. Las otras dos erupciones (de clase X1,7 y X2,8) ocurrieron cerca de la medianoche del domingo y pasado el mediodía del lunes, respectivamente.
Los científicos clasifican las llamaradas solares según su longitud de onda de rayos X en las clases A, B, C, M y X, de menor a mayor intensidad, seguidas de un número que va del 1 al 9. Los tres casos mencionados arriba tuvieron su origen en una mancha solar altamente activa en el lado izquierdo de la cara del Sol, opuesta a la Tierra, la que ha sido bautizada como AR1748. Es una de las nueve manchas solares activas visibles en la superficie de la estrella.
"Estamos en un período de alta actividad del Sol, que es propio de los llamados períodos de máximo solar", explica el astrónomo de la Universidad. Católica Rolando Dünner. "Es esperable que ocurran cosas como estas".
La mayor llamarada solar de la que se tenga conocimiento tuvo lugar el 4 de noviembre de 2003, y aunque originalmente fue clasificada como X28, habría llegado a X45. Dos de las tres llamaradas solares registradas en las últimas horas dieron lugar a explosiones gigantescas, conocidas como eyecciones de masa coronal, que lanzaron al espacio material a muy alta temperatura y a millones de kilómetros por hora.
Debido a la rotación de la estrella, la región en la que está localizada la mancha solar donde ocurrieron las erupciones todavía no da su faz a la Tierra.
Los fenómenos fueron registrados por la cámara del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO), que orbita el astro desde 2010. Pero esto cambiará en las próximas horas, cuando esta región extraordinariamente activa quede en la cara visible de la estrella hacia nuestro planeta. Cuando ello ocurre, las tormentas solares de clase X pueden presentar peligros para los astronautas y satélites en órbita, e interferir con las comunicaciones y las señales de geoposicionamiento satelital en tierra.
En marzo pasado, una erupción solar de mucho menor intensidad causó problemas en la señal de televisión satelital. En 1859, una llamarada solar de gigantescas proporciones afectó los sistemas telegráficos y generó auroras boreales (que es otro de los fenómenos que gatilla este tipo de explosiones), que pudieron verse hasta en Cuba y Hawai. (El Mercurio/ GDA)
Fuente:Diario el País de Uruguay//Diario El Mercurio (redactado por Richard García), para ver la nota original hacer click aquí
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