¿No sería fantástico que cada vez que cumpliéramos años tuviéramos como regalo una nueva estrella "encendida" en el cielo? Lo sería, pero aparentemente la realidad es otra. Nos tenemos que conformar con un conteo de ciclos, el que es definido por una vuelta más que da la Tierra alrededor del Sol.

Resulta que nuestra galaxia tiene un número impresionante de estrellas. De hecho, más que el número exacto, se sabe muy bien la masa total que suman todos esos astros, la increíble suma de unas cien mil millones de veces la masa del Sol. ¿Por qué es difícil saber el número? Porque las estrellas pequeñas son muy difíciles de observar y por lo tanto no estamos seguros de cuántas de ellas hay. La masa, en cambio, se mide a través de su efecto gravitatorio, el que sí podemos medir con certeza. Pero para este ejercicio consideraremos que la Vía Láctea tiene sólo cien mil millones de estrellas y punto.

¿Cuántas estrellas se forman en nuestra galaxia por año? Bueno, la respuesta es una, aproximadamente (o más bien, cada año se forman estrellas que suman en total la masa del Sol). Este es el espectacular resultado que se obtuvo al observar la Vía Láctea completa con el Telescopio Espacial Spitzer. Este instrumento es sensible al infrarrojo, porción del espectro donde se observan las estrellas en proceso de formación.

Estas proto-estrellas pueden tener entre mil y dos millones de años de edad, lo cual puede hacer difícil el cálculo promedio de cuántas nuevas estrellas hay por año. Pero de todas maneras se logra llegar a la cantidad. ¿Cómo? Observando la luz infrarroja total de un gran número de ellas -del orden de la decena de miles-, con la que se puede hacer una estimación con una precisión bastante alta.

En el proceso de formación de las futuras estrellas, estas van adquiriendo material de su ambiente, el que se compone de una combinación de polvo y gas interestelar. A medida que este futuro combustible va cayendo hacia la proto-estrella, su temperatura se levanta por encima del gélido estado del material interestelar, y esa alza se puede observar en el infrarrojo.

Esto nos muestra que en promedio, por cada año deberíamos sumar la masa del Sol al total de estrellas de la Vía Láctea. Si nuestra estimación inicial fuese exacta, en el periodo de un año nuestra galaxia debería crecer a "cien mil millones más una" veces la masa del Sol.

El conocer el número de estrellas de una galaxia y qué tanto crece éste, nos dice mucho sobre cómo se forman esas estructuras. Como este número también se conoce para las galaxias que vemos desde lejos, podemos saber qué tan común, o no, es la Vía Láctea. Actualmente, conocer la masa de las galaxias, incluida la nuestra, es uno de los problemas más importantes de la Astrofísica, sobretodo teniendo en cuenta la aparente existencia de la materia oscura.

Así que celebra tu próximo cumpleaños en un lugar donde puedas estar atento a ver en qué parte del cielo se enciende tu nueva estrella, y simplemente continúa la fiesta hasta que esto se logre. Se estima que por cada nueva masa solar se logran formar un total de tres astros –en general de menor masa que nuestro Sol–. Por lo que las chances de lograr ver la nueva estrella son en realidad tres veces mayores, pero aún así serán muy bajas.

Pero si se lograra, lo más probable es que se trate de una estrella pequeña que deberá estar a pocas decenas de años luz de nosotros, de otra forma será invisible. Curiosamente por esto, esa estrella sólo tendrá algunos años de antigüedad, dentro de una galaxia donde mucha de la luz que vemos de noche tiene hasta miles de años de viaje hacia nosotros.

Nota: La presente columna fue redactada por el astrónomo del Instituto de Astrofísica la Universidad Católica e investigador del Centro de Astrofísica CATA, Nelson Padilla y fue publicada el pasado 13 de mayo en el medio electrónico EMOL, para ver el texto original revise http://www.emol.com/especiales/2014/tecnologia/columnas-astronomia/13-mayo.asp